martes, 15 de noviembre de 2022

UN TREN CARGADO DE MISTERIOS

    Tenemos que ayudar a Ana a resolver el misterio que encierran 7 cajas azules que se va a ir encontrando en el tren al que se acaba de subir.

Recordad que Roi, el revisor, le ha dicho:

Esta hermosa caja

será para ti,

si mi adivinanza

sabes descubrir.


Os dejo por aquí la adivinanza, para ver si podéis ayudar a Ana:

Las dos ventanas

de la casita

se abren y cierran

ellas solitas.

La respuesta correcta era LOS OJOS.

   Al cambiarse de vagón, Ana vio que habían llegado a París, y una mujer le mostró otra caja con una nueva adivinanza:

¿Qué es, qué es

que te da en la cara

y no lo ves?

La respuesta correcta era EL VIENTO.

Al cambiarse de vagón, Ana vio que habían llegado a la India. En esta ocasión, fue un anciano quién le ofreció una caja azul a cambio de adivinar una nueva adivinanza:

Entra en el agua

y no se moja.

¿Qué cosa es?

La respuesta correcta era LA LUNA Y SU REFLEJO.

    Al cambiarse de vagón, Ana vio que habían llegado a un país frío y con grandes montañas de América. Desde el tren, podía ver las ruinas de una antigua construcción de piedra en forma de pirámide. En esta ocasión, fue una niña llamada Luz Azul quien le preguntó la siguiente  adivinanza:

Una sábana muy grande

que no se puede comprar;

está tan llena de manchas

que no se pueden contar.

La respuesta correcta era EL CIELO y las estrellas.

    Al pasar al siguiente vagón, Ana vio que habían llegado a Canadá. Entonces se le acercó un chico algo mayor que ella y le propuso la siguiente adivinanza:

La paloma blanca

del cielo bajó

y cubrió la tierra

con su cobertor.

La respuesta correcta era LA NIEVE.

    Desde el siguiente vagón, Ana veía un tierra seca y amarillenta, con un cielo dominado por el sol. Entonces se le acercó una anciana llamada Ma Ndongo y le propuso la siguiente adivinanza:

Por delante y por detrás

siempre lo mismo verás;

ni al derecho, ni al revés,

más, si él no está, tú no ves.

La respuesta correcta era EL SOL.

    El último lugar del tren al que accedió fue la locomotora. Blas, el maquinista le dio la última caja justo el tren llegó al último trayecto del viaje de Ana: su casa. Mientras el tren se marchaba, Blas le dijo la última adivinanza:

Tengo hojas sin ser árbol,

te hablo sin tener voz.

Si me abres no me quejo,

adivina tú quién soy.

¿Podéis adivinar la solución de la adivinanzaEscribid vuestras propuestas en la agenda ¡y comentamos vuestras propuestas en clase!